La entrada de hoy, y eso conviene dejarlo claro desde un principio, viene con cabreo incluido. Con uno de esos cabreos monumentales que toda persona sensata se ve obligada a coger de vez en cuando al toparse con ciertas muestras de gilipollez infinita que no sabe uno si proceden de la idiotez mayúscula, de la carencia absoluta de humanidad o si vienen de un grado de incultura enciclopédico.

La cosa, para ubicarnos, arranca con cierto tuit colgado en la cuenta @SaludPublicaEs, que es oficial del Gobierno de España. El mensaje publicado dice:

A tod@s los que han dado positivo en #COVID19

A tod@s los que están ingresados

GRACIAS

Y ante tal muestra de insensatez, en una cuenta oficial encima, me pregunto yo… ¿de qué mente calenturienta surge la idea de darle a nadie las gracias —¡las gracias, oiga! —por tener el infortunio de haberse cruzado en su vida con el puñetero virus?

Vamos a ver, alma de cántaro. Community manager de mierda porque no eres otra cosa. Ante la enfermedad, y más ante una enfermedad grave, cabe dar ánimos. Puede uno desear la pronta recuperación o expresar solidaridad con el afectado y su familia. Cabe, si uno quiere, decir sencillamente «estoy contigo» o «cuenta conmigo». Al igual que se puede lanzar un mensaje de optimismo que deje bien claro que sí, que lo va a superar el afectado. O que todos lo vamos a superar y que por duro que parezca, volverá a brillar el sol un día de estos. Se pueden decir, lumbrera del Twitter, muchas cosas. Estas que apunto aquí y otras tantísimas que me dejo en el tintero o que no se me ocurren ahora.

Pero si algo no cabe desde luego —y a lo mejor hay que hacerte un croquis detallado, indigente cultural— es dar las gracias por estar enfermo. Que eso no se le ocurre ni al que asó la manteca. Más que nada porque lo que se agradece es siempre lo bueno que uno recibe y a mí, por más que lo intente, me cuesta ver que nadie obtenga bondad alguna con el contagio de otro. O con su muerte.

Y si lo que pretendías, que todo puede ser, era dar ánimos o ser positivo… pues mira, solamente se me ocurre una cosa. Búscate libros de texto de tercero cuarto de Primaria —mejor aún si encuentras algo de EGB— y estudia Lengua castellana. Que falta te hace como el comer. O mas. Lo que en palabras de mi paisano José Mota, se podría resumir con aquello de «¡tonto, qu’eres mú tonto!».

Aunque tú a lo tuyo, que imagino que estas minucias te importan poco. Como supongo que tampoco te importará el significado ni cómo se construye la lengua en la que intentas escribir. Tú a seguir cobrando por subir a las redes sociales la primera memez que se te ocurra y que te parecerá genial simple y llanamente porque a ti te suena bien.  O te parezca «cool», que seguro que con los términos de moda en inglés te manejas mejor que con nuestro sufrido idioma castellano.

Ahora, eso sí, hazme un favor. En cuanto nos levanten la alarma vete a un tanatorio —al que quieras, eso da igual— y paséate  por allí un rato dándole las gracias a la familia. Diciéndoles, como has hecho en este tuit del que estarás hasta orgulloso, «gracias porque por fin se ha muerto tu padre». O madre o primo o lo que sea. A ver qué cara te ponen, comunity mierdas, y si te tocan o no el hocico. Que tal vez sea la única forma de que te des cuenta de la realidad: que tienes la sensibilidad en la punta del nabo. Y la delicadeza de un bocadillo de escombros.

Porque hace falta ser insensible o sociópata para decirle a alguien gracias por enfermar.

De verdad, cabezas rectoras del Ministerio de Sanidad o del puñetero órgano de quien dependa la cuenta dichosa en Twitter, ¿no les parece esto una cagada mayúscula? El tuit lleva ya cuatro días publicado, son innumerables los comentarios que indican que es inapropiado hasta decir basta… pero ahí sigue. Clavándose como un puñal en la sensibilidad de miles de afectados que deben sumar al dolor de la enfermedad o la pérdida de un ser querido el recochineo del «agradecimiento» oficial.

De modo que hagan algo. Aunque sea tan sencillo como borrarlo y pedir disculpas. Que ahí sí que les podremos responder con un sencillo y bien justificado GRACIAS.